¿Por qué se adelantan los incendios forestales?

¿Qué ha provocado que los incendios forestales de 2023 comiencen antes? Analizamos las causas y las posibles medidas para paliarlos.
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Apenas ha pasado el invierno y la primavera, pero ya hemos visto grandes incendios forestales este 2023 en países como España o Canadá. Fuegos que aparecen fuera de temporada y que dejan miles y miles de hectáreas calcinadas. ¿Qué ocurrirá este verano? ¿Cuál es el papel del cambio climático en todo esto? ¿Se pondrán en marcha los planes necesarios para frenar estos desastres ecológicos?

¿Qué voy a leer en este artículo?

 

El cambio climático anticipa los incendios forestales de 2023

Normalmente, la primavera no es una época del año muy prolífera en incendios. La vegetación suele estar muy verde, no hace mucho calor y la humedad está presente en el ambiente. Y si aparecen, se pueden controlar y apagar rápidamente.

Pero los incendios forestales de 2023 nos están enseñando otra cosa. En algunos casos, los fuegos de esta primavera han sido devastadores. El cambio climático favorece su aparición y eleva su intensidad.

El calor y la sequía son la combinación perfecta para que el fuego se propague de manera más agresiva. El inusual aumento de las temperaturas que hemos vivido al comienzo de la primavera, sumado a meses de escasez de lluvias ha dado como resultado que, en países como España, el fuego se haya cobrado un total de 39.381,42 hectáreas de superficie hasta el 30 de abril de 2023. Casi el doble que la media de los últimos diez años.

 

El descuido o la imprudencia, principales causas de los incendios forestales

De hecho, España es uno de los países de la Unión Europea más afectados por estos fuegos, un problema que amenaza con intensificarse debido a los efectos del cambio climático.

En 2022 ardieron cerca de 270.000 hectáreas y se contabilizaron 57 Grandes Incendios Forestales (los que arrasan superficies superiores a las 500 hectáreas). Fue el peor año en cuanto a incendios y superficie quemada, superando a 2012, cuando se quemaron 218.956 hectáreas en todo el año.

Según las investigaciones, en más de un 96% de los casos con causa conocida en España, el fuego es ocasionado por el ser humano. Detrás de la mayoría no hay una acción deliberada, sino negligencias. En 2022, por ejemplo, el 63,5% de los fuegos tuvieron su origen en acciones descuidadas, imprudencias o en la dejadez.

Cuando un incendio se desata, puede extenderse rápidamente debido a la presencia de material combustible, como vegetación seca y acumulación de hojas, ramas y troncos caídos. Además, la propagación del fuego puede ser impulsada por factores meteorológicos, como vientos fuertes y bajas precipitaciones, que facilitan la rápida expansión de las llamas. El cambio climático no solo genera el ambiente propicio para que se adelanten los grandes fuegos, sino que también incrementa el tamaño y la frecuencia de estos.

 

¿Cómo impactan los incendios forestales en la naturaleza?

Estos incendios representan una grave amenaza para el medio ambiente, la biodiversidad y las comunidades cercanas. Pueden destruir extensas áreas de vegetación, afectando los servicios ecosistémicos y provocando la degradación de hábitats naturales para muchas especies. De hecho, se espera que los cambios en los regímenes de incendios conduzcan a una pérdida masiva de biodiversidad, poniendo en peligro a más de 4.400 especies terrestres y de agua dulce.

El aumento de la erosionabilidad del terreno, fruto de la pérdida de la cubierta vegetal, puede afectar en la calidad del agua y también a la cantidad, al causar cambios en el terreno que impida que el agua se filtre correctamente.

Además, la emisión de grandes cantidades de humo y cenizas contribuye a la contaminación del aire, afectando la calidad de este y representando riesgos para la salud humana. En Europa, los incendios forestales de 2022 provocaron las emisiones de CO2 más altas de los últimos 15 años.

 

Prevenir, gestionar y controlar: medidas contra los incendios forestales

El temor a los incendios que puedan producirse próximamente ha llevado al gobierno de España a adelantar mes y medio la campaña contra incendios. La prevención también juega un papel fundamental. Parte del trabajo reside en la sensibilización ciudadana, con campañas en las que se recuerda que:

  • Las quemas de rastrojos solo se pueden realizar durante los periodos autorizados.
  • Está prohibido encender hogueras en el monte y terrenos próximos.
  • No se puede arrojar cigarrillos, basuras, botellas de vidrio o cualquier elemento susceptible de provocar fuego.

Además, se implementan medidas de gestión forestal, como la limpieza y eliminación de material vegetal seco, para reducir la acumulación de combustible y disminuir la propagación de los incendios. Una tarea fundamental que solía recaer en los pequeños incendios que tenían lugar durante el invierno y la primavera, pero que ahora ya no debido a la siguiente paradoja.

 

La paradoja de la extinción

Los expertos dicen que cuanto mejor sea un equipo de bomberos forestales, más probabilidad hay de que se produzcan grandes incendios. Los incendios pequeños que se producen durante el invierno o la primavera limpian el monte de manera natural. Hablamos de todas esas hojas secas que deja el otoño tras de sí o de las ramas o troncos que yacen en el monte.

Si esos fuegos se apagan rápidamente, en lugar de permitir que consuman de forma controlada esos materiales, lo que hacemos es dejar que se acumule más combustible para el verano. La gestión de estos ecosistemas en períodos fríos es muy importante para la reducción de riesgos. 

En resumen, la prevención, la respuesta rápida y la gestión adecuada serán clave para combatir los incendios forestales. Solo así conseguiremos salvar nuestros montes y evitar un verano en llamas.

 

Fuentes: