¿Qué son los sumideros de carbono?

Descubre en este vídeo cómo se realiza el secuestro de carbono en bosques y océanos y mediante técnicas artificiales
Wind energy on Global Wind Day

En la lucha contra el cambio climático, no sólo el ser humano trata de contrarrestar los efectos del calentamiento global con medidas de mitigación y adaptación, sino que la propia naturaleza tiene sus armas para intentar que la temperatura media del planeta no siga aumentando.

Para ello existen los sumideros de carbono, depósitos naturales (océanos y bosques) y artificiales (ciertas tecnologías y productos químicos) que absorben y capturan el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera reduciendo así su concentración en el aire.

Los océanos, principales sumideros de carbono

Los océanos son considerados los principales sumideros de carbono naturales, ya que son capaces de absorber alrededor del 50 % del carbono emitido a la atmósfera. En concreto, el plancton, los corales, los peces, las algas y otras bacterias fotosintéticas son los organismos encargados de esta captura.

Los océanos son los principales sumideros de carbono y absorben hasta el 50 % del CO2

En el caso de los bosques y otras áreas forestales, el secuestro de carbono se realiza mediante la fotosíntesis. Las especies vegetales absorben CO2 de la atmósfera, almacenan una parte del carbono y devuelven oxígeno a la atmósfera.

El problema de los sumideros de carbono naturales es que tienen un límite, provocando la acidificación de los océanos cuando se sobrepasa. Esta acidificación consiste en un descenso del pH provocado por la absorción de dióxido de carbono.

La acidificación de los océanos impacta negativamente en especies como corales, algas, mariscos y moluscos, que se ven debilitados y en muchos casos enferman y mueren.

Técnicas artificiales para realizar el secuestro de carbono

Para apoyar y acelerar el proceso natural de secuestro de carbono existen técnicas artificiales que permiten extraer carbono de la atmósfera y almacenarlo en la corteza terrestre.

Sin embargo, estas tecnologías aún no han adquirido la eficiencia ni la madurez necesaria para afrontar los cambios radicales que exige el cambio climático, llegando incluso a producirse fugas de carbono en los casos más críticos.

En conclusión, los sumideros de carbono representan una ayuda importante para frenar el cambio climático pero no lo solucionan. Es imprescindible el abandono de la dependencia de los combustibles fósiles y la apuesta firme  por las energías renovables.