El color sí importa: por qué el hidrógeno verde es la única alternativa

Hay varios tipos de hidrógeno definidos por un código de color.  Te contamos qué papel juegan en el sistema energético actual y por qué el hidrógeno verde es la única opción sostenible.
Wind energy on Global Wind Day

La comunidad científica no se cansa de repetirlo: mitigar los efectos del cambio climático pasa por abandonar la quema de combustibles fósiles. Las últimas noticias que llegan desde algunos países europeos sobre la reapertura de centrales de carbón a causa de la guerra en Ucrania son un paso atrás en este objetivo irrenunciable para el planeta. Pero el tiempo apremia. Las emisiones de gases de efecto invernadero continúan acumulándose, alentando la subida de la temperatura global. ¿Las alternativas? Las energías renovables y nuevos combustibles como el hidrógeno.

Si hablamos de esta segunda opción, el problema por ahora, es que el hidrógeno gris es el más extendido y el hidrógeno azul se posiciona como otra opción un poco menos mala que la anterior.

Por eso, llegados a este punto, cuando hablamos de hidrógeno la única posibilidad viable, limpia y sostenible es el hidrógeno verde.

¿Qué voy a leer en este artículo?

 

Hidrógeno gris: ni alternativa, ni solución

Si el mundo quiere descarbonizar la economía, el hidrógeno desempeñará un papel vital. Así lo afirma el informe sobre mitigación del cambio climático del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, que fue firmado por los 193 gobiernos en la ONU.

Se trata del elemento más abundante del mundo y destaca por ser un vector energético ligero y almacenable. Como característica secundaria, podemos mencionar que, además, es invisible. Entonces, ¿a qué viene tanta gama de color para referirse a él?

Todo depende de la forma en la que se obtenga. Lo que ocurre es que el hidrógeno no se encuentra solo, sino que debe separarse de otros elementos. Durante este proceso, el único residuo que genera por sí mismo es agua. No ocurre lo mismo con la energía utilizada para descomponerlo.

No todos los tipos de hidrógeno son sostenibles. Precisamente el hidrógeno gris es el que obtenemos a partir de combustibles fósiles, siendo el gas natural el más común. Es el hidrógeno más barato de producir, por el momento, y también es el más común. La mayor parte del hidrógeno que se consume actualmente es gris.

Como consecuencia, la producción de hidrógeno es responsable de emitir alrededor de 830 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés). Esto equivale a las emisiones de CO₂ del Reino Unido e Indonesia juntas.

Así que, realmente, el hidrógeno gris no representa alternativa alguna para mitigar los efectos del cambio climático. Más bien perpetúa un sistema energético basado en los combustibles fósiles y las emisiones de carbono.

 

¿Y qué ocurre con el hidrógeno azul?

El hidrógeno azul también se obtiene mediante combustibles fósiles, pero con técnicas capaces de capturar y almacenar las emisiones de CO₂ que se producen. Es algo menos contaminante que el hidrógeno gris, pero el hidrógeno azul solo es capaz de reducir las emisiones de su proceso de producción, no eliminarlas por completo.

 

“El hidrógeno azul solo es capaz de reducir las emisiones de su proceso de producción, no eliminarlas por completo”

 

De acuerdo con la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés), se espera que la eficiencia de captura de CO₂ alcance el 85-95 % en el mejor de los casos, lo que significa que se filtra entre el 5 y el 15 % de todo el CO₂.

 

El papel del hidrógeno verde en la transición energética

 

También llamado hidrógeno renovable, el hidrógeno verde se consigue principalmente mediante la electrólisis del agua a partir de una corriente eléctrica. Es verde si la electricidad empleada ha sido generada con energías renovables, como la eólica o la solar. Este procedimiento no emite gases de efecto invernadero o residuos contaminantes. De hecho, el único residuo que deja a su paso es agua.

Es el hidrógeno más limpio y sostenible. Sin embargo, su implementación y desarrollo van con retraso. Lo que provoca que menos de un 1 % del hidrógeno que se produce a nivel mundial sea verde.

“Menos de un 1 % del hidrógeno que se produce a nivel mundial es verde”

El IPCC señala que este combustible limpio será clave para enfrentar los desafíos de descarbonización, como ocurre con el transporte pesado. El hidrógeno puede almacenar energía hasta que sea necesaria utilizarla. Esto ofrece un respaldo a las energías renovables y permite almacenar el excedente de energía que producen en forma de hidrógeno verde.

Así mismo, abre una oportunidad para el transporte y el comercio de este combustible entre diferentes regiones. El informe también apunta que será clave para descarbonizar aquellos sectores industriales difíciles de electrificar, como es el caso de la siderurgia, la industria petroquímica o la química, así como el transporte pesado.

Como hemos visto en anteriores artículos, aún queda camino por recorrer hasta convertir al hidrógeno verde en un pilar importante de una economía neutra en emisiones. Por ahora, las perspectivas son positivas y los compromisos respecto a este elemento cada vez son más ambiciosos por parte del sector privado y los gobiernos.

 

Fuentes: