Tilos, la isla sin residuos y energéticamente autónoma

Imaginen una isla que, gracias a sus parques eólicos y fotovoltaicos, es completamente autosuficiente. No solo eso: que exporte, además, sus excedentes eléctricos a otras islas vecinas. Ese territorio existe. Se llama Tilos. 

Tilos, una de las islas más remotas de Grecia, situada al noreste de Rodas, de unos sesenta kilómetros cuadrados de superficie y con una población que no llega a los ochocientos habitantes, se ha convertido en la primera del mundo en eliminar sus vertederos del mar Egeo, con una tasa de reciclaje que supera el noventa por ciento, autónoma energéticamente y entusiasta de la economía circular. En este artículo te contamos cómo lo ha hecho posible.

 

¿Qué voy a leer en este artículo?

Todo comenzó en 2017, cuando las autoridades de la isla decidieron apostar de manera contundente por la sostenibilidad. Se instaló una turbina eólica y paneles solares suficientes para abastecer a toda su población. Su esfuerzo fue reconocido con el premio Energy Islands Award, concedido por la Unión Europea.

 

Entonces cubría sus necesidades energéticas gracias al suministro de la isla de Kos por medio de un cable submarino. A día de hoy, la isla se gestiona con un sistema híbrido, financiado por la UE a través del programa de investigación e innovación Horizon 2020, y exporta electricidad tanto a Kos como a Nisyros. El excedente energético lo almacena en baterías de sodio, de gran capacidad y duración, lo que permite mantener la red eléctrica siempre fluida, tanto los días soleados (la mayoría al cabo del año) como aquellos en los que la intensidad del viento inhabilita el funcionamiento del aerogenerador. 

Antes de que comenzara el proyecto, la media de basura generada por cada ciudadano era de 770 kilos anuales. Hoy es de 440.

De la apuesta eficiente de la isla también nos habla su capacidad de reciclado de residuos: un 97,3%. El mínimo restante se comprime para producir pellets, un combustible sostenible y económico. No hay contenedores en sus calles. Tampoco vertederos.

 

En 2021, el gobierno local, en colaboración con Polygreen, una empresa que ofrece soluciones y recursos para fomentar la economía circular, puso en marcha el proyecto Just Go Zero con este propósito, que no hubiera residuo alguno. 

Los tilosios (así se llaman sus habitantes) disponen de un «equipo de residuos» para clasificar la basura que generan: una bolsa azul, de tela, donde almacenan todo lo que se pueda reciclar (vidrios, ropa, plástico, pequeños muebles, dispositivos electrónicos…), y dos bolsas más biodegradables, una para los restos orgánicos y otras para desechos varios (productos de higiene íntima, papel higiénico…).  Antes de que comenzara el proyecto, la media de basura generada por cada ciudadano era de 770 kilos anuales. Hoy es de 440.

Antes de que comenzara el proyecto, la media de basura generada por cada ciudadano era de 770 kilos anuales. Hoy es de 440.

A diario, una flota de coches eléctricos recoge la basura producida por las empresas de la isla, mientras que la de los hogares se recoge cuatro veces por semana. Los residuos se trasladan al Centro de Innovación Cíclica, donde se separan manualmente y se procede, por medio de alta tecnología, tanto a la conversión de biomasa en energía como al compostaje de los biorresiduos, que sirve tanto a los agricultores como a la exportación.

 

Por su parte, el Centro de Reciclaje Creativo recibe los objetos y productos que pueden tener otra vida, un uso diferente. Por ejemplo, obras de arte, muebles construidos con materiales reciclados o prendas de ropa confeccionadas con diferentes materiales, como el plástico.

 

Una aplicación permite a cada tilosio comprobar en tiempo real su nivel de reciclado, así como estar al tanto de las oportunidades de empleo relacionadas con energías renovables, ecoturismo y agricultura sostenible. Para rematar, su parque móvil está desplazando los vehículos diésel por eléctricos o híbridos.

 

La experiencia de Tilos demuestra que la transición energética y la economía circular no son solo aspiraciones, sino realidades posibles. Apostar por las energías renovables no significa únicamente reducir residuos o emisiones, también fortalece la independencia energética de territorios aislados y abre nuevas oportunidades económicas y sociales. El futuro pasa por multiplicar proyectos como el de esta pequeña isla griega, capaces de inspirar al mundo entero con un mensaje claro: la sostenibilidad es el mejor camino hacia un mañana más libre, justo y resiliente.

Esther Peñas es periodista y autora de varios ensayos y novelas. Es colaboradora en medios como Ethic, Turia, CTXT, Cermi.es, Oxi-Nobstante y Graphic Classics. Actualmente, trabaja en Fundación ONCE, donde se enfoca en temas de diversidad, liderazgo activo y trabajo en equipo, con un claro compromiso con la inclusión en el entorno profesional. Su experiencia abarca tanto la gestión de proyectos como el desarrollo de capacidades en entornos colaborativos, destacando por su enfoque en la productividad y el empoderamiento de los equipos.