La energía nuclear y el hidrógeno

La fisión nuclear de tercera generación hace gala de alta eficiencia económica, de máxima seguridad y de no emitir GEI a la atmósfera, pero no parece haber resuelto ni el problema de la radiactividad del uranio ni de la seguridad.

En cuanto a la energía nuclear, la fisión nuclear de tercera generación hace gala de alta eficiencia económica, de máxima seguridad y de no emitir GEI a la atmósfera, pero no parece haber resuelto ni el problema de la radioactividad del uranio una vez vencida su vida útil en las centrales, ni establecido los protocolos de diseño que garanticen tal grado de seguridad.

Energía nuclear

 

La energía nuclear: fusión nuclear

En cuanto a la fusión nuclear, es el proceso reactivo en el cual núcleos ligeros de átomos de deuterio y de tritio, isótopos del hidrógeno, se unen para formar núcleos más pesados de helio, liberando una gran cantidad de energía, como sucede en las estrellas. Sus potencialidades serán comprobadas en el ITER de Cadarache (Francia).

Calificado como un nuevo Sol para la humanidad, este proyecto en ejecución aspira a demostrar que la fusión puede generar 500 megavatios en 6 minutos de esta reacción nuclear y que tal reacción se puede mantener durante períodos de 16 minutos de duración, todo ello sin crear residuos radiactivos.

Pero las dificultades para la puesta en marcha de su antecesor, el CERN, en Ginebra (Suiza), en septiembre de 2008, han evidenciado la complejidad de este tipo de proyectos En cualquier caso, no será hasta 2025 cuando el ITER pueda ofrecer resultados; su creación y operación entre 2005 y esa fecha, requieren una cuantiosa financiación – 4.800 y 4.700 millones de euros, respectivamente – a la que contribuyen 31 países: la UE (con un 40%), Rusia, EE. UU, China, Japón, India y Corea -. Sólo en 2050 pudieran estar en funcionamiento los primeros reactores de uso comercial.

 

El dilema del hidrógeno para un futuro sostenible

En referencia al dilema del hidrógeno, parece llamado a ser la gran fuente de energía para la movilidad de los automóviles, alimentando pilas de combustible; los vehículos que ya las incorporan, se abastecen en las hidrogeneras.

Para obtener hidrógeno, es necesario separarlo del oxígeno con el que aparece mezclado en el agua. Los parques eólicos y las redes distribuidas de energía fotovoltaica podrían ser fábricas de hidrógeno, aportando la electricidad necesaria para la descomposición electrolítica del agua.

Pero si tal electricidad se genera en centrales que emplean combustibles fósiles o uranio, no se resolverán ni el problema de las emisiones de GEI, ni la cuestión de la centralización productiva que deja aislados a tantos y que impide una mayor autonomía energética a los individuos y a las comunidades.

Nos encontramos ante un dilema energético. ¿Qué soluciones hay?