El activismo accionarial consiste en las decisiones tomadas por los accionistas de una compañía para influir sobre las políticas y las conductas de sus gestores con el objetivo de mejorar el desempeño financiero, social, ambiental, en gobernanza y diversidad de la empresa.
Entre las demandas frecuentes de los activistas se encuentran campañas tradicionales impulsadas por las ONG o centradas en asuntos de buen gobierno capitaneadas por los inversores institucionales.
