Las renovables como fuente de energía y empleo sostenible

Las energías renovables frenan el cambio climático, generar valor local, ayudan a la protección del medio ambiente y fomentan un desarrollo sostenible
Wind energy on Global Wind Day

Estamos a las puertas de la transformación del panorama energético mundial. La transición hacia un sistema más verde y sostenibles que deje atrás los combustibles fósiles, ya es un hecho. Y es una de las vías principales para que el mundo logre los objetivos del Acuerdo de París y se detenga el ritmo del cambio climático.

Sin embargo, parece que las energías renovables no convencen a todos, pese al valor a nivel global y local que son capaces de crear: regeneración social, empleo, impacto positivo en el medio ambiente, etc.

¿Qué voy a encontrar en este artículo?

 

El crecimiento imparable de las energías renovables

En 2020, incluso cuando las economías se hundieron debido a la crisis del COVID-19, las fuentes de energía renovables, como la eólica y la solar fotovoltaica, se desarrollaron a mayor velocidad que en las dos décadas anteriores, y las ventas de vehículos eléctricos establecieron nuevos récords.

La revolución tecnológica, que ha disparado su eficiencia y disminuido significativamente sus costes de producción, así como unas políticas que buscan abordar de forma urgente el cambio climático, han hecho que las renovables hayan ganado cuota de mercado a marchas forzadas.

Tal está siendo su crecimiento, que la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) estima en su último informe que estas serán en 2025 la principal fuente de electricidad en el mundo, poniendo punto final a cinco décadas de liderazgo de los combustibles fósiles.

 

 

Beneficios de las energías renovables

La velocidad de desarrollo e implantación que están teniendo las energías renovables es una de las mejores noticias de cara a limitar el ascenso global de las temperaturas y frenar así el cambio climático. Pero sus ventajas abarcan mucho más puntos:

Beneficios climáticos

Estas fuentes limpias de energías contribuyen eficientemente a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, en particular del CO₂. En este artículo hablamos sobre el protagonismo de este gas en el calentamiento global.

Además, también disminuyen la dependencia de otras fuentes de energía que es necesario exportar de otros países, como es el caso de los productos petrolíferos. Cualquier país puede abastecerse a sí mismo con energías renovables, ya sea a través del sol, del agua o del viento.

Beneficios económicos

Pero no solo contamos con beneficios climáticos. Las energías renovables suponen un fuerte impulso de las economías locales. La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés) estima que, por cada dólar invertido en la transición energética, se producirá un beneficio de entre 2 y 5 dólares estadounidenses. 

Es decir, que si se invierten los 30 billones de dólares adicionales que se necesitan para conseguir un escenario donde la temperatura global no aumente más de 1,5 °C, en 2050 se habrían recuperado entre 61 y 164 billones de dólares.

En términos de empleo, el nuevo sector enérgico tendría 122 millones de puestos de trabajo en 2050. De acuerdo con IRENA, la formación para estas nuevas ocupaciones es relativamente fácil y sería una nueva oportunidad para los trabajadores de la industria de los combustibles fósiles. El propio Antonio Guterres hacía estos días un llamamiento a bancos y fondos para apoyar la transición a un sistema de energías renovables en América Latina y el Caribe en materia de adaptación y resiliencia, además de garantizar que los trabajadores de estos sectores contaminantes cuenten con ayuda y alternativas dignas para cambiar de profesión.

 

"El nuevo sector enérgico tendría 122 millones de puestos de trabajo en 2050”

 

 

El valor de las energías renovables a nivel local

Ya sabemos que las energías renovables son la llave para combatir el cambio climático. Pero ¿qué ocurre con sus afecciones en el territorio a nivel local?

En anteriores artículos ya hemos desmontado algunos bulos,  sobre mitos totalmente injustificados difundidos por fuentes interesadas. Ya nadie duda de que un modelo energético sostenible debe estar basado en las tecnologías renovables, porque son inagotables, se adaptan a los ciclos naturales, no generan emisiones de efecto invernadero, están distribuidas por todo el planeta y, en definitiva, permiten asegurar el bienestar, el progreso y el desarrollo de la Humanidad sin comprometer la salud del planeta.

La transición energética exige un desarrollo masivo de instalaciones renovables para reemplazar al modelo fósil que ha dominado el sistema energético en los últimos dos siglos. Una implantación que debe hacerse de forma equilibrada en el territorio, tratando de minimizar las afecciones adversas y potenciando los efectos favorables, en línea con una filosofía de regeneración positiva, que ayude a reparar las heridas que ya le hemos causado.

Son muchos los factores que se evalúan para garantizar la viabilidad de los distintos proyectos, con importantes estudios como la memoria ‘Zonificación Ambiental para la Implantación de las Energías Renovables’, elaborada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Porque, más allá de ser fuentes de  energía limpias, inagotables y cada vez más competitivas, las renovables engendran incontables beneficios a nivel local para las comunidades en las que se implantan en muchos sentidos:

  • La apuesta por las renovables implica la creación de empleo en las comunidades y áreas locales en las que se instalan, lo que favorece la mejora de vida de la población y la fijación de los habitantes a esas zonas. Sobre todo, cuando hablamos de áreas rurales, contribuyen a la cohesión social y al equilibrio interterritorial. Los parques eólicos son compatibles con usos agrícolas y ganaderos preexistentes y contribuyen a mejorar las vías pecuarias. Las plantas solares ocupan más superficie, por lo que están sobre todo indicadas para zonas de menor interés agrícola. También pueden instalarse sobre superficies de lagos o embalses, allí donde resulte indicado, lo que contribuye a evitar la evaporación del agua.
  • Además, otro de los beneficios de las renovables a nivel local radica en que se trata de fuentes autóctonas de energía que evitan la dependencia exterior. De esta manera se reducen el consumo y las pérdidas en transporte y se garantiza un suministro propio de energía.
  • Otro punto importante es que la implementación de las renovables contribuye al desarrollo del potencial local de investigación, desarrollo e innovación a través de la promoción de proyectos específicos adaptados a las necesidades territoriales en cuestiones energéticas.
  • Tipos de energías renovables como las plantas de biomasa favorecen una gestión sostenible de los montes, lo que ayuda a prevenir incendios forestales.

Por lo tanto, las energías renovables tienen un impacto positivo sobre el planeta, pero también sobre las comunidades locales en las que se desarrolla cada uno de los proyectos. Su desarrollo está muy ligado a la regeneración social, económica y ambiental, puesto que serán –lo están siendo ya- una de las protagonistas de la recuperación tras la crisis del COVID-19.  Un desarrollo que debe hacerse en equilibrio con el territorio y con información, participación y cooperación con las comunidades afectadas.

 

FUENTES:

https://www.appa.es/

https://www.irena.org/publications/2021/Jun/-/media/D491BFC62BC7462A898D7837A669DC4D.ashx

https://www.expansion.com/especiales/2021/06/05/60b8c916468aeb113e8b4573.html

https://www.efeverde.com/noticias/guterres-apoyo-america-latina-transicion-renovables/