Según datos del Banco Mundial, cada año mueren en todo el mundo alrededor de 800.000 personas a causa de la contaminación del aire en las ciudades, producido mayormente por los vehículos a motor.
Por esta y otras razones se antoja necesaria una transición hacia un modelo de movilidad más sostenible, donde el transporte público y la bicicleta cobren un papel más importante en los entornos urbanos.