Emergen las piedras proféticas del Elba que nos recuerdan el calentamiento global

“Si me ves, llora”, es la antigua inscripción tallada en una de las piedras que la sequía europea ha dejado al descubierto en el río Elba. Su advertencia es más significativa que nunca.
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Si buscamos en el diccionario el término “emergencia”, encontraremos las siguientes acepciones: 1. f. Acción y efecto de emerger. 2. f. Suceso, accidente que sobreviene. 3. f. Situación de peligro o desastre que requiere una acción inmediata. Pues bien, las piedras que han emergido en el Elba nos hablan de una emergencia, aunque esta vez climática. Sus mensajes, mucho más antiguos que los demoledores informes del IPCC acerca del calentamiento global, nos trasladan a épocas de sequía y hambruna siglos atrás, pero están de plena actualidad.señal aeropuerto

Conocidas como hungerstein (piedras del hambre en alemán), se trata de inscripciones en rocas en el cauce de ríos centroeuropeos como el Elba o el Rin que quedan al descubierto en tiempos de sequía aguda. Es la forma en que los moradores de estas regiones dejaban constancia de años especialmente difíciles en sus vidas. Por ejemplo, una de las que afloró en la sequía del año 2018 reveló una elocuente inscripción en el Elba a su paso por la República Checa. Fechada en 1616, rezaba así: “Si me ves, llora”.

Un grupo de investigación checo localizó en esa misma roca inscripciones correspondientes a las sequías de 1417, 1616, 1707, 1746, 1790, 1800, 1811, 1830, 1842, 1868, 1892 y 1893. Estas luctuosas fechas nos muestran que la sequía no es un fenómeno exclusivo de nuestro tiempo. Sin embargo, hoy son más recurrentes que nunca. Así lo indica uno de los últimos informes de la ONU, que confirma que el número y duración de las sequías han aumentado un 29 % desde el año 2000.

Por suerte, las piedras del hambre del Elba también dejan lugar para la esperanza. En una de ellas leemos: “Cuando esta piedra desaparezca, la vida florecerá de nuevo”.

De las piedras del río Elba, pero también de lo que nos cuentan los sedimentos de los lagos o el corazón de los árboles sobre el cambio climático, te hablamos en el episodio “Señales” de nuestro podcast La Canica Azul.

 

La sequía trae de vuelta dinosaurios y barcos de guerra


La situación de sequía a lo largo y ancho del planeta ha servido para revelar numerosos objetos y huellas del pasado. Algunos de estos vestigios datan de hace millones de años, mientras que otros nos recuerdan tragedias mucho más cercanas. Estos son algunos de los hallazgos más insólitos que se han producido en el verano de 2022:

  • Huellas de dinosaurios. El Parque Estatal del Valle de los Dinosaurios en Texas, EE. UU., ha sido testigo de la aparición de huellas de dinosaurios de hace 113 millones de años. La mayoría de ellas, ubicadas en el cauce seco de un río, corresponde a un ejemplar de acrocantosaurio.
  • Una ciudad milenaria en Irak. En el embalse de Mosul, alimentado por el río Tigris, han quedado al descubierto los restos de Kemune, una ciudad de la Edad de Bronce construida hace 3400 años. Las autoridades del país árabe aseveran que el río no había estado tan seco en milenios.
  • Un pueblo galés. El pueblo de Llanwddyn, en Gales, quedó sumergido por la construcción de un embalse a finales del siglo XIX que, por aquel entonces, era la mayor laguna artificial de Europa. Los vestigios de Llanwddyn no se habían vuelto a ver desde la sequía de 1976.
  • Barcos de guerra alemanes. Un vestigio más reciente es la veintena de barcos de guerra alemanes de la Segunda Guerra Mundial –algunos de ellos cargados de explosivos– que han quedado expuestos debido a la dramática bajada del nivel del agua en el Danubio.

 

Fuentes: