Los otros protagonistas de la COP25, los pueblos indígenas

Además de los mandatarios y directivos más importantes del planeta presentes en la COP25, la cumbre del clima de Madrid recibe a este colectivo como actor clave en la acción climática.
Wind energy on Global Wind Day

La isla más remota del planeta acoge una civilización de más de 1.600 años de antigüedad. Son los Rapa Nui de la Isla de Pascua. En ese triángulo de solo 160 km² de tierra viven alrededor de 4.000 miembros de este pueblo indígena frente a los más de 100.000 turistas que cada año la visitan. La isla ha estado al borde del colapso ambiental varias veces, pero ahora son la irresponsabilidad del ser humano y los efectos del cambio climático los que amenazan con poner fin a esta cultura ancestral: la subida del nivel del mar, la alteración de su ecosistema marino, las islas de basura,  la pesca desmesurada…

Por eso, un pequeño grupo de esta isla polinésica se ha desplazado hasta la COP25 de Madrid. Lo han hecho con su vestimenta típica y sus bailes atávicos y luminosos para lanzar un mensaje a los líderes del mundo presentes en la Cumbre del Clima: si no combaten el calentamiento global, su cultura desparecerá.

Rapa Nui es solo la parte de un todo, un botón de muestra de lo que sucede en muchos otros puntos del planeta. Las comunidades locales y los pueblos indígenas son uno de los grupos más vulnerables de la Tierra ante las consecuencias de la emergencia climática. El calentamiento global está produciendo cambios en los regímenes de lluvias y pérdidas de los cultivos. Esto, unido a la sobreexplotación de sus recursos, como la tala de bosques o la sobrepesca, o la poca ayuda de los gobiernos locales son algunas de las situaciones que estas comunidades han denunciado durante un encuentro organizado por la ONG Sustaining All Life en la COP25 de Madrid, que cuenta con un Pabellón de los Pueblos Indígenas en la Green Zone de la cumbre del clima de Madrid.

La voz de los pueblos indígenas, cada vez más fuerte en la acción climática

Según el Banco Mundial, hay alrededor de 370 millones de indígenas en más de 90 países, el 5 % de la población mundial. Sin embargo, solo el 10 % de las tierras del mundo están legalmente reconocidas como pertenecientes a esas comunidades, a pesar de que protegen el 80 % de la biodiversidad que aún queda en el planeta.

Los pueblos indígenas han estado históricamente al margen de los procesos internacionales oficiales de la lucha contra la crisis climática. De hecho, investigadores y activistas evidencian que su papel ha sido prácticamente ignorado en los planes nacionales para frenar el cambio climático.

Sin embargo, poco a poco su voz comienza a oírse en la acción climática. En los últimos 20 años se han ido reconociendo sus derechos con la adopción de mecanismos institucionales como la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de 2007, la creación  del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas (UNPFII), el establecimiento de la Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas en 2015, en la COP21, y la creación del grupo de trabajo a finales de 2018 que permitió a estos pueblos participar más eficazmente en el proceso de la CMNUCC. El objetivo de estos instrumentos es aprovechar los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas para una acción climática ambiciosa y proteger la fragilidad de sus contextos concretos.

Y es que las acciones de mitigación y adaptación al cambio climático deben tener el respaldo y el consenso de los pueblos indígenas, ya que no solo son uno de los colectivos más indefensos antes sus efectos, sino que, además, muchos de ellos son verdaderos garantes de la conservación de los frágiles ecosistemas en los que viven. Hábitats, en muchas ocasiones, clave en la captura de CO₂ de la atmósfera.

La ciencia es clara: los grupos y comunidades indígenas son críticos para combatir el cambio climático

Los guardianes de la tierra

Durante mucho tiempo los pueblos indígenas han defendido su papel determinante en la protección de los bosques y ecosistemas en los que habitan. Un hecho sabido, pero científicamente ratificado por el IPCC en su último informe especial sobre el Cambio Climático y la Tierra. Según las investigaciones del panel de científicos, las tierras indígenas y comunitarias son un sumidero de carbono de importancia mundial que contiene, al menos, el 22 % del carbono almacenado en los bosques tropicales y subtropicales y, al menos, el 17 % del carbono total (incluido el carbono del suelo) almacenado en los bosques . De hecho, según su datos, el potencial de aumentar la captura de  carbono  en tierras indígenas y comunitarias ahora degradadas es enorme si estas estuvieran aseguradas, mejor protegidas y restauradas.

 

Fuentes: Noticias ONU, United Nations Climate Change, World Resource Institute, Right and Resources, ReutersOficina Interncional de Trabajo, Banco Mundial