Economía del Bien Común

¿Es factible un sistema económico alternativo al capitalismo? Descubre de qué se trata este nuevo movimiento basado en las relaciones humanas

¿Hay una economía alternativa al capitalismo? ¿Toda actividad económica realmente sirve en la actualidad al bien común? ¿Es factible un modelo económico sostenible? Todas estas cuestiones que buscan hacer tambalear el sistema son la base del trabajo desarrollado por el economista Christian Felber (Austria, 1972), impulsor de la denominada Economía del Bien Común.

Esta corriente busca humanizar la economía, anteponer los indicadores éticos a los financieros que actualmente prevalecen en el modelo económico. De esta manera, una empresa será rentable si protege el medio ambiente, si en la toma de decisiones tiene un carácter democrático, si defiende la dignidad de los trabajadores, si aporta un valor a la sociedad, etc.

Economía del Bien Común

En definitiva, se trata de cambiar el modelo económico actual hacia uno basado en valores éticos, donde el objetivo supremo sea el bien común y no el dinero.

¿Cuándo nace la Economía del Bien Común?

El economista austríaco Christian Felber

Hay que remontarse a 2008 para encontrar el origen de este proyecto. Felber, junto con otros once expertos en la materia, firma la declaración ¿En paz con el Capital? [...], germen del ideario de la Economía del Bien Común. Un año después, Christian Felber cofunda el Movimiento Austria y en 2010 pone en marcha el proyecto Banca Democrática. Ese mismo año se inicia el desarrollo práctico del modelo de la Economía del Bien Común, que tratará de plantar clara al actual sistema capitalista y la economía planificada.

 

 

Valores de la Economía del Bien Común

Aunque la expectativa de Felber acerca de su modelo económico es que sus postulados se vayan configurando entre todos con el paso del tiempo, existen dos premisas iniciales inamovibles:

  1. La economía del bien común funcionará gracias a los mismos valores que hacen funcionar las relaciones humanas: confianza, honestidad, responsabilidad, cooperación, solidaridad, generosidad y compasión. Una empresa competitiva basada en la sostenibilidad y los valores éticos tendrá mejores condiciones de crédito, prioridad en los contratos públicos y mayor exención de impuestos.
     
  2. No confundir el beneficio financiero con el beneficio social: la Economía del Bien Común quiere recuperar el concepto de éxito económico asociándolo a la contribución positiva en la sociedad. Por ejemplo, el PIB (Producto Interior Bruto) no nos dice si un país es respetuoso con el medio ambiente, los derechos humanos, etc. Por lo tanto, proponen sustituir los indicadores financieros de éxito actuales -beneficio neto, PIB…- por otro tipo de indicadores como la dignidad humana, la solidaridad, la justicia social y la sostenibilidad. En función de estos valores, el consumidor podrá escoger sus productos o servicios.

Implantación real del modelo económico

¿Es factible aplicar en la actualidad este sistema económico?

Para aquellos que se resisten a ver en la Economía del Bien Común un verdadero recambio al capitalismo y lo catalogan de utopía, es necesario recordar que desde el mismo momento de su promulgación, hace ahora seis años, un grupo de empresas de varios países han adoptado sus principios de manera voluntaria y hoy en día se han convertido en un movimiento político que trata de presionar a los gobiernos demostrando que la implantación del sistema es posible. Entre estas compañías, que suman ya más de dos centenares, se encuentran empresas de diferentes sectores: BIO Austria Salzburg (asociación para la promoción de agricultura ecológica), Smileveda (clases de bienestar general, masajes y cocina), Vegetarisches Hotel Balance (alojamiento ecológico) o Architekt Bernhard Oberrauch (estudio de arquitectura sostenible).

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Fuentes: La Economía del Bien Común, eldiario.es, ECB Film, Attac TV, Público y El Mundo.