Límites de biocapacidad y huella ecológica

La idea de un progreso lineal, extensible, incrementativo, que no tendría límites, encontró sus primeros detractores en la década de 1880.

Límites de biocapacidad

La idea de un progreso lineal, extensible, incrementativo, que no tendría límites, encontró sus primeros detractores en la década de 1880: entre otros, un biólogo escocés, Geddes, y un médico ucraniano, Podolinsky, dieron a la luz textos pioneros sobre los límites de un crecimiento económico basado en la explotación intensiva de recursos naturales. Esos límites vienen dados por realidades de la naturaleza:

 

Las escritas por las leyes de la termodinámica, en virtud de las cuales la energía no sólo se transforma y se conserva, también se disipa.

La capacidad máxima de carga de la Biosfera.

La finitud de los recursos cuyas reservas disminuyen más rápido a mayor ritmo extractivo y cuyos ciclos naturales de reposición son muy largos.

 

Límites que advierten de la intensidad de la acción humana, y acentuada, hoy en día, por: el auge del consumismo, el incremento de la demanda en los países emergentes, China e India sobre todo y el aumento de la población mundial con su necesidad de agua potable y alimentos.

Pero aquellos precursores no fueron suficientemente escuchados y ha tenido que llegar el final del siglo XX, con sus problemas ambientales globales, destacando el cambio climático, para que se reconociera lo ilusorio de la creencia en el progreso ilimitado.

 Controlar el consumo

Huella ecológica

Mientras el Norte industrializado accedía a la era del consumismo con poca o ninguna conciencia ambiental, reducidos grupos de científicos y conservacionistas ambientales hicieron sonar las alarmas, a partir de 1972, acerca de la incompatibilidad entre el crecimiento continuo del nivel de vida, el aumento de la población y la conservación del equilibrio ecológico. La huella ecológica es una referencia que sirve para determinar ese grado de incompatibilidad; mide la relación entre:

 

Los recursos naturales consumidos en un territorio determinado, incluidos los empleados en la producción de bienes y servicios.

Los recursos autóctonos disponibles en dicho territorio.

Los recursos importados.

Los residuos, efluentes y contaminación emitidos

La capacidad de absorción de esas emisiones en el propio territorio (por los bosques, mares, etc.).

 

La actual huella ecológica de las sociedades industrializadas supera la capacidad de carga del conjunto de la Biosfera y hace el mundo insostenible: el aumento de la pobreza extrema, la escasez de recursos los desequilibrios geopolíticos… son sus manifestaciones.