De inundaciones, sequías y de cómo el cambio climático afecta al ciclo del agua

Aumenta la temperatura, el agua se calienta, se evapora más rápido y las consecuencias se traducen en sequías o intensas lluvias. Así es como el cambio climático afecta al ciclo del agua.
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Sequías, deshielo, inundaciones, lluvias intensas… El calentamiento global deja pruebas muy visibles a su paso, y es fácil percibirlas en cómo afecta el cambio climático al ciclo del agua. Un nuevo estudio relaciona el aumento de estos fenómenos con el incremento en la velocidad de la evaporación del agua, que provoca una mayor concentración de vapor en la atmósfera. Te contamos los efectos y los factores responsables de este fenómeno.

¿Qué voy a leer en este artículo?

 

El aumento de temperaturas evapora el agua del planeta

Cambia el clima, y con él, cambian también los recursos hídricos. Las fases del ciclo del agua (evaporación, condensación, precipitación y recolección) se están acelerando a causa del aumento de las temperaturas.

Según una investigación publicada en la revista Scientific Reports, cuanto más calor hace, mayor es la velocidad a la que se evapora el agua. Como consecuencia, aumenta la cantidad que circula en la atmósfera en forma de vapor. Las conclusiones del estudio no son nada halagüeñas. La intensificación del ciclo del agua agravará los eventos climáticos extremos. Hablamos de períodos de sequía más largos, o de lluvias torrenciales e inundaciones cada vez más intensas y frecuentes.

Los modelos climáticos recientes predicen que, por cada grado de calentamiento, el ciclo del agua de la Tierra podría intensificarse hasta en un 7 %. En la práctica, eso significa que las áreas húmedas podrían volverse un 7 % más húmedas y las áreas secas un 7 % más secas en promedio.

“Por cada grado de calentamiento, el ciclo del agua de la Tierra podría intensificarse hasta en un 7 %.”

Esta transformación del ciclo del agua puede ser la causa de que se hayan registrado lluvias en lugares donde esto nunca sucede, como es la Antártida, apuntan los responsables de la investigación.

 

Cómo afecta el vapor de agua a la escasez o abundancia de lluvias

El vapor de agua es uno de los gases fundamentales en la atmósfera y la mayor parte proviene de procesos naturales. Pero la alteración del ciclo del agua hace que la cantidad aumente por encima de los niveles habituales. Lo que desemboca en un círculo vicioso. El vapor de agua adicional favorece a la retención de calor y, por lo tanto, provoca que la conversión a agua líquida sea aún más rápida.

Las consecuencias ya las experimentan diversos lugares del planeta, donde hemos visto en los últimos tiempos lluvias torrenciales e importante inundaciones fuera de lo normal, pese a que son lugares donde llueve con frecuencia.

Sin embargo, también se da el caso contrario. Según un reciente artículo de Nature, los cambios en el ciclo del agua también provocan que la sequía se propague allí donde la escasez de agua es más habitual. Las zonas más afectadas son Australia y el sur de África, lugares donde, sin embargo, el vapor de agua no deja de acumularse.

“Los cambios en el ciclo del agua también provocan que la sequía se propague allí donde la escasez de agua es más habitual”

De acuerdo con la investigación, esto puede deberse a cambios en las emisiones antropogénicas de las partículas ultrafinas (UFP). Las UFP tienen un papel principal en la condensación de nubes y, tal y como apuntan los expertos, pueden estar detrás de los cambios en los patrones de lluvia.

 En comparación con los primeros informes de los años 70, en las regiones donde es habitual que llueva, se observa ahora una mayor concentración de estas partículas de aerosol.

Estas UFP reducen las precipitaciones ya que aumentan el tiempo de residencia del vapor de agua y retrasan la formación de gotas de lluvia. De esta forma contribuyen a las tendencias climáticas regionales o continentales, como el aumento de las sequías y las inundaciones, observadas en los últimos tiempos.

El mundo ya está experimentando cambios importantes, muchos de ellos irreversibles y con graves consecuencias para el futuro de nuestro planeta. El informe más reciente del Panel Internacional sobre el Cambio Climático estima que, si podemos mantener el calentamiento global en 2 °C, los fenómenos meteorológicos extremos serán un 14 % más intensos que al comienzo de la Revolución Industrial.

La única forma de garantizar que las olas de calor, las sequías y las tormentas no se intensifiquen en el futuro es limitar el calentamiento global. Nos queda mucho camino por delante para lograrlo y el tiempo a premia, pero aún es posible.

Fuentes: