Cuando la escasez de agua impacta en el desierto: el caso de Oriente Medio

La escasez de agua es uno de los mayores desafíos que enfrenta Oriente Medio. Y el cambio climático empeora la situación. Descubre qué medidas sostenibles podrían mitigar el problema.
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Donde antes había una gran masa de agua, ahora solo hay un suelo seco y polvoriento. El lago Urmia, en el noroeste de Irán, fue una vez el lago más grande de Oriente Medio y el sexto lago de agua salada más grande de la Tierra. Ahora casi se ha secado por completo, convirtiéndose en una llanura de sal.

No es una anomalía en la zona. Los primeros puestos del ranking de los países con mayor escasez de agua del mundo están ocupados por naciones de Oriente Medio. Lugares donde la extracción anual de agua es muy superior al suministro disponible.

¿Qué voy a leer en este artículo?

 

La escasez de agua en Oriente Medio

El agua es un problema de primera línea para el mundo en general y para Oriente Medio en particular. El Atlas de Riesgos relacionados con el agua elaborado por el Instituto de Recursos Mundiales (Aqueduct) señala que 8 de los 10 países con mayor estrés hídrico están en esta zona del planeta.

La escasez de agua se duplicó en 30 años, tal y como cuenta este artículo de Al Jazeera. Los niveles de estrés hídrico en Oriente Medio y África del Norte se duplicaron con creces, del 8 411 % en 1987 al 16 422 % en 2017.

En la actualidad, esta región está ejerciendo una presión sin precedentes sobre los suministros de agua, provocando un aumento de la demanda de este recurso. Una situación que amenaza la seguridad alimentaria local y daña los ecosistemas regionales, según analiza Middle East Institute.

La zona de Medio Oriente tiene un clima predominantemente seco y árido con escasas precipitaciones y altas temperaturas. Sufre de falta de agua por naturaleza, si a esto le sumamos los efectos del cambio climático sobre el ciclo del agua, las consecuencias podrían ser devastadoras para la región.

 

                                                                            “La escasez de agua se duplicó en 30 años”.

 

 

Cómo afecta la escasez de agua en Oriente Medio

La crisis de agua va más allá del estrés hídrico. La escasez de este recurso agudiza conflictos y tensiones entre países e impacta significativamente en la salud y el bienestar de las personas, especialmente en mujeres y niños. De hecho, según UNICEF, casi el 90 % de los niños de la región viven en zonas de estrés hídrico alto o extremadamente alto.

No solo afecta al agua disponible para el consumo humano, sino también al agua necesaria para producir alimentos. El cambio en la precipitación, sus patrones y cantidades, y las sequías más prolongadas afectan el riego de cultivos.

 

                          “El 90 % de los niños de la región viven en zonas de estrés hídrico alto o extremadamente alto”.

 

A medida que aumentan las temperaturas globales y se acelera la crisis climática, se espera que la crisis del agua de MENA empeore y afecte el crecimiento económico. El Banco Mundial descubrió que la escasez de agua relacionada con el clima podría generar pérdidas económicas equivalentes a hasta el 14 % del PIB de la región durante los próximos 30 años.

 

Medidas para mitigar la escasez de agua en Oriente Medio

Sin embargo, las innovaciones tecnológicas y los sistemas avanzados de gestión del agua están ayudando a mitigar la situación. Esto incluye el desarrollo de importantes plantas desalinizadoras, así como la implementación de programas de agricultura sostenible y reutilización de agua.

 

El océano como medida viable a la escasez de agua

En el noroeste de Arabia Saudita, el agua subterránea se usa cada vez más para la agricultura y el riego debido al aumento de la población en la región. Como consecuencia, se han secado muchos de los manantiales en el área. Los acuíferos ya no tienen la capacidad de regenerarse debido a la alta demanda de agua.

Como alternativa, se está utilizando agua desalinizada, procedente del mar, para el riego. Las depuradoras también cumplen un papel esencial pues permiten procesar las aguas residuales y reciclar el agua que normalmente se desperdicia. De esta forma, se consigue regenerar el ecosistema y recuperar el oasis natural en la región.

 

Cultivando eficiencia, innovación y una mejor gestión del agua

Una región tan seca como la Península Arábiga exige tanto innovación como eficiencia. La agricultura de Baréin dependía exclusivamente de las aguas subterráneas hasta 1985, cuando el gobierno comenzó a tratar las aguas residuales para reutilizarlas. Hoy, el agua reciclada cubre el 40 % de las necesidades del sector, tal y como cuentan en World Economic Forum.

La agricultura innovadora también está ayudando a producir más alimentos con menos agua en toda la región. Así lo está demostrando una granja hipodrónica cubierta vertical en Emiratos Árabes, una iniciativa que, en comparación con los métodos tradicionales, produce 20 veces más alimentos utilizando una décima parte de la tierra y 90% menos de agua.

La escasez de agua en Oriente Medio es un problema complejo que requiere de soluciones a largo plazo y un enfoque integrado. Un desafío que debe hacerse frente con proyectos y tecnologías sostenibles que ayude a hacer un uso más eficiente de este recurso y poder mitigar y hacer frente a los efectos del cambio climático.

 

Fuentes: