Reflexiones sobre coronavirus y contaminación

La crisis del coronavirus está siendo uno de los mayores experimentos a escala mundial en la reducción de emisiones y de contaminación del aire.
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La pandemia del coronavirus ha removido los cimientos de toda una sociedad y, cuando termine el confinamiento, se abren ante nosotros multitud de preguntas de cuál será el nuevo paradigma social, económico, sanitario, educativo o incluso geopolítico que marcará el ritmo de la sociedad.

Sin embargo, en medio de toda esta incertidumbre, por el momento sí hay un beneficiario inesperado del coronavirus: el planeta, ya que durante este período la calidad del aire ha mejorado en multitud de ciudades y se han reducido las emisiones de gases invernadero responsables del cambio climático.

Según algunos expertos, se trata, sin planearlo, del experimento a mayor escala jamás visto en términos de reducción de emisiones industriales. Un “ensayo”, si podemos llamarlo así, que representa lo que en el futuro podríamos llegar a conseguir si todos los Gobiernos toman medidas globales para desarrollar una economía baja en carbono y atajar las causas principales de la emergencia climática.

Y es que, en estas semanas de reclusión, desde que la enfermedad del nuevo coronavirus Covid-19 comenzara su propagación en China y se extendiera al resto de países, los datos que muestran los satélites de la ESA (Agencia Espacial Europea) revelan niveles de dióxido de nitrógeno, NO₂, notablemente más bajos que en el mismo período del año pasado.

Veamos algunos ejemplos de cómo han caído las emisiones.

China, menos emisiones durante la crisis del coronavirus

La ciudad china de Wuhan fue sometida a un estricto cierre de todas sus actividades y prohibió la movilidad de sus más de 11 millones de habitantes desde finales de enero a causa del nuevo coronavirus Covid-19. Wuhan acoge cientos de fábricas que suministran piezas de automóviles a las cadenas de suministro mundiales, además de ser un núcleo urbano con un intenso tráfico. Según la NASA, los niveles del dióxido de nitrógeno en el este y el centro de China han sido entre un 10% y un 30% más bajos de lo normal.

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Corea del Sur y la reducción de la contaminación

En Corea del Sur, otro de los primeros países afectados por el coronavirus y que más rápidamente tomó medidas para frenar su propagación, también cayeron de manera sustancial los niveles de NO₂. Se trata de un territorio afectado por las altas emisiones de sus muchas centrales eléctricas de carbón y por las instalaciones industriales de su país vecino, China.

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Italia, disminución de las emisiones en el norte del país

El Norte de Italia es una de las zonas europeas que peor lo está pasando en la crisis del coronavirus y las medidas restrictivas, tanto en las actividades industriales como en la movilidad de sus ciudadanos, han sido cada vez más estrictas. Esta región italiana es uno de los puntos críticos de contaminación de Europa Occidental por su elevada industria. Desde el 9 de marzo, los niveles de NO₂ en Milán y otras partes del norte de Italia han disminuido en aproximadamente un 40%, probablemente a causa del parón industrial y de la reducción del tráfico, que representa la mayor parte de las emisiones de dióxido de nitrógeno en Europa.

 

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Coronavirus, un baño de realidad

Quizá el coronavirus nos ha dado un baño de realidad: ha puesto fin a la idea de que somos invulnerables a los embates del planeta. Y el cambio climático, con todas sus consecuencias, será uno de ellos. Un aviso de que cuando no estamos preparados, las medidas reactivas solo te permiten elegir el mal menor.

Pero si tenemos esperanza para encontrar una vacuna para el Covid-19 y ganarle la batalla al virus, también debemos confiar en que Gobiernos, sector privado y sociedad civil comiencen a dar pasos decididos contra el cambio climático. Y no solo a través de la ciencia, sino también a través de la cohesión social que, en esta pandemia, está siendo ejemplar.

 

Potencial para enfrentar el cambio climático

Ante la crisis de la pandemia leemos opiniones enfrentadas sobre qué mundo construiremos cuando llegue a su fin. Algunas voces presagian un periodo de contingencia que puede postergar las iniciativas para luchar contra la acción climática. Sin embargo, son muchos los que encuentran en este momento una oportunidad para dar un verdadero giro ecológico y apostar por políticas globales que tengan el cambio climático como prioridad.

En los últimos 10 años, las emisiones de gases invernadero han aumentado en torno a un 1% cada año. El 2020, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), debería ser el punto de inflexión de este ascenso con una reducción anual del 7,6% durante la próxima década si queremos mantener el aumento de las temperaturas por debajo de la línea roja de 1,5ºC.

La reducción de emisiones durante el coronavirus ¿será solo temporal? ¿Nos servirá este periodo de ejercicio para enfrentar la emergencia climática o el mundo volverá al business as usual cuando todo esto termine?

Los datos que estamos registrando pueden ser solo un espejismo y, de hecho, los expertos deben estudiarlos durante un periodo más largo para confirmar si existe un patrón. Pero no hay duda de que nos llevan a pensar en el futuro, y en que existe potencial para cambiar el paradigma actual de la industria y poder atajar y mitigar las consecuencias del calentamiento global.

Fuentes: The Guardian, Wired, El Mundo, CNN