SBTi: la ciencia al servicio de la reducción de emisiones

La iniciativa SBTi tiene como objetivo ayudar a fijar estrategias contra el cambio climático basadas en la ciencia para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
Wind energy on Global Wind Day

La transición hacia una economía baja en carbono es un proceso indispensable para frenar los efectos del cambio climático. Esta descarbonización requiere de compromisos inmediatos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) por parte de los países y las empresas, que permitan cumplir con lo que 195 países acordaron en la Cumbre del Clima de París: limitar el aumento de la temperatura de la Tierra en menos de 2 0C respecto a la era preindustrial.

De manera voluntaria y de acuerdo con los planes climáticos nacionales de cada país, algunas empresas ya están marcándose objetivos para reducir las emisiones de GEI, pero no todos los compromisos son suficientes. Deben ser compromisos de reducción de emisiones basados en los objetivos establecidos tras la firma del Acuerdo de París, pero que a su vez consideren las previsiones de los científicos, las cuales ponen de manifiesto la necesidad de aumentar la ambición de los mismos,  mediante metas de reducción más restrictivas, que garanticen el cumplimiento del objetivo de los 2 0C.

En este contexto, surge la iniciativa Science Based Targets (SBTi), liderada por CDP, Pacto Mundial de las Naciones Unidas, World Resources Institute (WRI), WWF y We Mean Business, con el propósito de ayudar a las empresas a establecer objetivos climáticos ambiciosos basados en la ciencia para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global por debajo de 2 0C, aprovechando las oportunidades durante la transición a una economía baja en carbono.

El fin principal de esta iniciativa es que en 2020 la fijación y cumplimiento de los SBT sea una práctica empresarial habitual para así jugar un rol decisivo en la reducción de gases de efecto invernadero en todo el planeta.

El procedimiento de adhesión a esta iniciativa de lucha contra el cambio climático requiere de una validación de los objetivos propuestos por las empresas por parte de la iniciativa para asegurar su alineamiento con los objetivos nacionales establecidos en el Acuerdo de Paris y con los requerimientos y proyecciones marcadas por el IPCC en su quinto informe de evaluación.

¿Por qué son importantes los SBT?

Que las empresas se habitúen a incluir los SBT en sus prácticas de negocio e informes de desempeño mejorará sustancialmente su actividad. ¿Quieres saber por qué?

  • Aumentará la innovación: los SBT funcionarán como motor de cambio en las nuevas tecnologías y las prácticas operativas, situando a las empresas que lideren el cambio en una posición de ventaja.
  • Minimiza la incertidumbre regulatoria: adelantar a hoy decisiones que seguramente habrá que tomar mañana ayuda a las empresas a estar más preparadas ante las regulaciones que se vayan implantando. Así, estas compañías que lideran el cambio están mejor situadas para influir positivamente en la legislación del sector al ser protagonistas.
  • Hace crecer la confianza y credibilidad: las empresas que se posicionan a favor de la lucha contra el cambio climático salen reforzadas a ojos de los inversores, los clientes, el mercado y el público.
  • Mayor rentabilidad y competitividad: fijar ahora los objetivos SBT garantiza una compañía eficiente y mejor preparada para afrontar el futuro, donde se espera que los recursos sean cada vez más inaccesibles, sobre todo si se habla de combustibles fósiles. Adaptar hoy la línea de negocio basándose en la ciencia puede significar mañana una diferencia entre superávit y déficit.

 

Los Objetivos de reducción de emisiones basados en la ciencia son, por lo tanto, el gran aliado de las empresas para completar la transición hacia una economía baja en carbono con garantías de éxito para ellas, para el planeta y para la sociedad. Un ejemplo lo encontramos la noticia de que reciemtemente un grupo de investigadores estadounidenses, islandeses y franceses han demostrado que se puede inyectar el dióxido de carbono en rocas basálticas subterráneas.