Día Mundial del Medio Ambiente 2025: ¿qué podemos hacer frente a la contaminación plástica?

Este año, la ONU pone el foco en reducir la contaminación plástica desde su origen y apostar por un modelo circular.
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En abril de 2025, dos descubrimientos sacudieron la conciencia ambiental global. Uno vino de las profundidades abisales del océano Pacífico: un estudio internacional halló hasta 13.500 partículas de microplásticos por metro cúbico en la Fosa de las Marianas, el punto más profundo del planeta. El otro, de una sala de laboratorio en Estados Unidos, donde un equipo científico presentó pruebas de restos de plástico incrustados en arterias humanas, revelando que ya no solo estamos rodeados de plástico: lo llevamos dentro.

El 5 de junio, y justo en este contexto llega el Día Mundial del Medio Ambiente 2025, con un el objetivo de poner fin a la contaminación por plásticos.

La pregunta clave ya no es “¿hasta dónde ha llegado el plástico?”, sino: ¿cómo podemos frenarlo?

Qué voy a encontrar en este artículo:

 

Origen del Día Mundial del Medio Ambiente

El Día Mundial del Medio Ambiente es una de las fechas más importantes en el calendario oficial de la Naciones Unidas para concienciar a gobiernos, empresas y sociedad civil de la importancia de fomentar, sin escatimar esfuerzos ni recursos, la acción climática y ambiental.

Esta fecha se celebra cada 5 de junio desde 1973, cuando fue instaurada como Día Mundial del Medio Ambiente en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en Estocolmo, encuentro también conocido como Cumbre de Estocolmo.

 

“La Conferencia de Estocolmo fue la primera conferencia de la ONU con la palabra “medio ambiente” en su título”.

 

“Una sola Tierra” fue la frase insignia de aquella conferencia y este año 2025, más de 50 años después, sigue teniendo el mismo sentido, o quizá más. Uno de los logros de aquel evento fue la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), un organismo cuyo objetivo principal era convertirse en la conciencia ambiental de la Naciones Unidas y del mundo. Allí también se designó el día 5 de junio como Día del Medio Ambiente, la fecha que nos recuerda que políticos, administraciones, empresas y población civil debemos experimentar un cambio de actitud y vivir de manera sostenible.

 

Día Mundial del Medio Ambiente 2025: por un planeta libre de plásticos

Hoy, lo que nos sostiene —la biodiversidad, el agua, el aire limpio, los suelos fértiles— enfrentan desafíos importantes. Las tres grandes crisis ambientales que vivimos (el cambio climático, la pérdida de biodiversidad la contaminación) están profundamente entrelazadas, y el plástico las atraviesa a todas.


Cada año se producen más de 430 millones de toneladas de plástico, de las cuales una gran parte se convierte rápidamente en residuo. Menos del 10 % se recicla. El resto termina en vertederos, incineradoras o, directamente, en el medio natural.

En los océanos, por ejemplo, el plástico está presente tanto en la superficie como en las profundidades, fragmentándose con el tiempo en microplásticos que pueden ingresar en la cadena alimentaria marina.  Estudios recientes también sugieren que estos materiales podrían llegar a nuestro organismo. Ya no es solo un problema ambiental: es también una cuestión de salud pública.

 

Una alianza global por un mundo sin plásticos

En un escenario internacional marcado por la urgencia de frenar la contaminación por plásticos, una alianza global de países emerge como uno de los actores más decisivos. Se trata de la Coalición de Alta Ambición para Poner Fin a la Contaminación por Plásticos, una iniciativa liderada por Ruanda y Noruega que ha logrado aglutinar a más de 60 países con un objetivo común: alcanzar un tratado global que no solo gestione los residuos, sino que ataque el problema desde la raíz.


A diferencia de otras propuestasas, esta coalición aboga por un enfoque integral que limite la producción de plásticos, promueva modelos de reutilización y garantice una gestión ambientalmente racional de los residuos. Su hoja de ruta es clara: actuar sobre todo el ciclo de vida del plástico, desde el diseño del producto hasta su eliminación, y hacerlo con medidas vinculantes y plazos definidos.

La iniciativa cobra fuerza en un momento clave: las negociaciones para el Tratado Global sobre la Contaminación por Plásticos, impulsado por la ONU, están en pleno desarrollo y se espera que concluyan en 2025. Mientras algunos países y grupos industriales defienden medidas voluntarias o centradas en el reciclaje, la Coalición de Alta Ambición marca el paso con una visión más exigente.

Además de Ruanda y Noruega, participan en la coalición países como Alemania, Canadá, Francia, Perú o Corea del Sur, y cuenta con el respaldo de organizaciones internacionales y de la sociedad civil.

Frente a esta crisis global, la Coalición propone un cambio de paradigma: pasar de una economía del usar y tirar a un modelo circular, con productos diseñados para durar, reutilizarse y tener una segunda vida. Un modelo que, además, genera empleo, reduce emisiones y protege la salud del planeta y de las personas.

Queda mucho camino por recorrer, pero si el tratado global que se firmará en 2025 recoge las propuestas de esta coalición, el mundo habrá dado un paso histórico hacia un futuro libre de contaminación plástica, con medidas concretas a nivel mundial y una transformación en nuestros sistemas de producción y consumo.

 

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