Desalación y reutilización del agua frente a las sequías

Entre las medidas que los gobiernos están impulsando para hacer frente al déficit hídrico, la reutilización del agua para la agricultura y la desalinización serán claves.
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El cambio climático empieza a poner en entredicho eso de que la Tierra es el “planeta azul”. Siempre ha habido sequías, pero se están volviendo más frecuentes y severas. En las últimas dos décadas, han afectado a 1.400 millones de personas en el mundo, y han aumentado en número y duración en casi un 30 % desde el año 2000.

La ONU señaló que 3600 millones de personas tienen un acceso inadecuado al agua al menos un mes al año y que se espera que esta cifra aumente a más de 5000 millones en 2050.

Pese a que África está viviendo los efectos más graves, ningún continente se libra del progresivo avance de estos fenómenos. Este invierno ha sido, en gran parte de Europa, el más seco desde mediados del siglo pasado. Pero los países ya están poniendo en marcha las medidas pertinentes para mitigar la sequía.

¿Qué voy a leer en este artículo?

 

Europa sufre la sequía 

Hace unos meses, veíamos las insólitas imágenes de una Venecia seca. Sus canales se vaciaron de agua haciendo imposible que circulasen las góndolas y dejando ver los cimientos de sus palacios.

La inusual postal veneciana era consecuencia de varios factores meteorológicos. Además de la evidente falta de lluvia que experimentaba el norte de Italia, también influyó una gran presión atmosférica, distintas corrientes marinas que afectaban a la laguna y la luna llena.

Pero la escasez de agua en Italia no se queda en esta anécdota. Por tercer año consecutivo, Italia se enfrenta a un invierno particularmente suave y seco, que está comprometiendo la actividad agrícola y la seguridad alimentaria de Norte a Sur. Los acuíferos sufren en toda la región del norte del Véneto, donde las precipitaciones de enero se mantuvieron muy por debajo de la media histórica de 60 milímetros.

En el extremo sur, en Sicilia, enero fue el quinto mes consecutivo que registró precipitaciones inferiores a lo normal para el período, con un déficit de alrededor de 200 mililitros de agua. Sólo en diciembre de 2023, el déficit de precipitaciones superó el 80 por ciento entre las provincias de Enna y Catania. En toda la isla, la segunda mitad de 2023 fue la más seca en más de un siglo. Las asociaciones de agricultores pretenden pedir a los gobiernos central y regional que reconozcan el estado de emergencia natural.

 

Restricciones al agua para afrontar la sequía

En 2023, Francia ya tuvo que pedir a los prefectos que comenzasen a tomar medidas “restrictivas” en la gestión y distribución del agua en las siete cuencas hidrográficas de la Francia metropolitana.

El país temía una sequía más grave y profunda que la del pasado año, que ya fue considerada como histórica. Y es que, tras la sequía del verano, llegó un inverno seco en el que durante 35 días consecutivos no cayó ni una gota de agua. Más de un mes sin llover.

El plan del ejecutivo de Macron también pasó por aumentar las tarifas del agua y aplicar técnicas de reutilización de aguas residuales. Esta medida consiste en tomar el agua tratada por las depuradoras y utilizarla para otros fines, como el riego de cultivos, la industria o incluso para uso doméstico. Esto significa que se reduce la cantidad de agua fresca que se utiliza para estos fines, lo que a su vez reduce la presión sobre los recursos hídricos en épocas de sequía.

Por su parte, la Península Ibérica continúa en una situación de sequía meteorológica en la que entró hace más de dos años. Concretamente en España, algunas zonas tuvieron que limitar el consumo de agua de sus habitantes y prohibir su uso para llenar piscinas u otros fines. Por suerte, las lluvias de marzo han conseguido relajar una situación que empezaba a ser crítica, aunque regiones como Cataluña siguen generando una enorme preocupación. 

Muy diferente fue la situación hace un año, después de experimentar el segundo marzo más seco del siglo. La grave sequía que afectaba a más de media España. Los impactos se hicieron evidentes en el sector agrario. La falta de agua se notó en el 60% del campo español y produjo pérdidas irreversibles en más de 3,5 millones de hectáreas de secano, según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).

Ante este escenario, la desalinización del agua procedente del mar y el reciclaje de aguas residuales se convierten en alternativas eficaces y sostenibles para paliar y garantizar el riego de cultivos y la escasez de agua.

España ya es líder en Europa en la cantidad de agua desalada y reutilizada a gran escala. “Hoy, ya estamos bebiendo y regando con agua procedente del mar en toda la línea mediterránea desde Girona hasta Huelva”, explicó Manuel Navarro, director de Agua para Agricultura de ACCIONA, en un evento que la compañía celebró junto a El País para abordar el tema de la desalación.

 

Reutilización de agua: una estrategia crucial para la gestión de la sequía

Una de las mejores noticias que nos dejaba la Conferencia de Naciones Unidas sobre el agua celebrada en marzo era que el agua ascendía, al fin, a la primera división de la agenda política global. Se reconocía la importancia evidente de sus relaciones con la salud, el desarrollo sostenible o la crisis climática.

Se prevé que la demanda de agua supere a la oferta en un 40 % al final de la década. La crisis climática es también la crisis del agua. Sequías, deshielo, inundaciones, lluvias intensas… El calentamiento global deja pruebas muy visibles a su paso, y es fácil percibirlas en cómo afecta el cambio climático al ciclo del agua.

Aún hay esperanza. La tecnología y la innovación son nuestras mayores aliadas para predecir las sequías y gestionar el agua de la forma más eficiente y sostenible posible. El gobierno francés no es el único que apuesta por la reutilización de aguas residuales para paliar la situación.

Se están desarrollando soluciones innovadoras en esta área para responder a la creciente demanda de agua para usos agrícolas, riego urbano, actividades recreativas y la recarga de acuíferos frente a la intrusión salina.

La mayor parte de esta reutilización del agua procede de proyectos de aprovechamiento de agua en depuradoras. En estas instalaciones, el tratamiento de aguas residuales consiste en una serie de procesos físicos, químicos y biológicos que eliminan los contaminantes del agua para que el ser humano pueda volver hacer uso de ella.

En Egipto, por ejemplo, solo cuatro depuradoras juntas han logrado reutilizar el agua equivalente al consumo de una población de 500.000 personas. Litros y litros de agua depurada que se destinan a actividades de regadío. 

De esta forma, las depuradoras y la reutilización del agua ayudan a reducir la presión sobre los recursos hídricos al reciclar el agua ya utilizada y devolverla al medio ambiente de manera segura y eficiente.

Es necesario que se sigan creando soluciones a la escasez de agua y a los problemas de saneamiento para garantizar al acceso a este recurso vital, cubrir el aumento de la demanda y que llegue a la agricultura y a la producción de alimentos esenciales para la población. El tratamiento del agua es una pieza clave del futuro sostenible.

 

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