La imagen del deshielo que sobrecoge al mundo

Un trineo en Groenlandia avanzando por un bloque de hielo completamente cubierto de agua, un baño de realidad a los descreídos del cambio climático.
Wind energy on Global Wind Day

La fotografía fue tomada y publicada el día 13 de junio en su Twitter por el climatólogo danés Stefeen M. Olsen, quien pertenece al Instituto Meteorológico Danés. La hizo cuando iba a recoger unos aparatos de medición plantados en el hielo y este inusual paisaje encharcado le sorprendió en su trayecto.

El propio autor de la imagen se ha hecho eco de las terribles consecuencias del deshielo para la población, que afecta al transporte, la caza o la pesca.

Bajo el charco de agua, en esta zona localizada en el noroeste de Groenlandia, queda una capa de hielo de más de un metro, pero nadie sabe cuánto durará si las temperaturas siguen así. En esta zona de la Tierra las máximas en junio rondan los 3,2 °C. Sin embargo, en esos días se llegaron a registrar hasta 17,3 °C. De hecho, la cantidad de hielo derretido en Groenlandia es la mayor en esta época del año desde que tenemos registros y este incremento de la temperatura global está suponiendo que el 63 % de los glaciares de Groenlandia estén en retroceso.

 

La evolución del deshielo

El deshielo del Polo Norte está directamente relacionado con el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono (CO₂). Desde la década de los 70, momento en el que comenzaron los registros vía satélite, se puede apreciar de manera muy clara la relación entre el aumento de la concentración de CO₂ en PPM (partes por millón), el aumento global de la temperatura y la superficie de hielo desaparecida.

En esta infografía puedes ver de una forma sencilla cómo está menguando la cantidad de hielo en el Ártico y las estimaciones preocupantes que hacen los científicos de hacia dónde evolucionará el problema del deshielo.

La voluntad por parte de los gobiernos de cumplir con su parte en el Acuerdo de París es imprescindible para poner freno al cambio climático. En él, la mayoría del países del mundo acordaron mantener por debajo de 2 °C el incremento de la temperatura global del planeta y hacer esfuerzos para limitarlo a 1,5 °C. La diferencia entre uno y otro significa la vida, porque a mayor temperatura, mayor impacto en el permafrost del Ártico, que se descongelaría entre un 35 % y un 47 % con una subida de 2 °C, reduciéndose al 21 % en caso de que el aumento de la temperatura del planeta que padezcamos sea de 1,5 °C.

Para tener la posibilidad de mantener el calentamiento global a 1,5 °C a largo plazo y poner freno a esta emergencia climática, el mundo tiene que reducir un 45 % las emisiones de CO₂ con respecto a 2010 antes de 2030, y alcanzar cero emisiones netas (neutralidad en carbono) en 2050. Para ello, las emisiones netas anuales deben diminuir al menos a la mitad de la cifra en la que nos movemos actualmente, es decir, pasar de 52Gt a 25Gt al año.

Las cifras asustan, pero los expertos aseguran que se puede frenar el cambio climático: contamos con el conocimiento, la tecnología y la capacidad financiera de hacer frente a esta crisis climática.

 

Fuentes: El Mundo, El País