Estocolmo +50: claves, objetivos y soluciones al cambio climático

Se celebran 50 años desde la Cumbre de Estocolmo, el primer gran encuentro sobre medio ambiente a nivel global. La de este año será otra oportunidad para provocar un cambio colectivo hacia un mundo más sostenible, equitativo y resiliente.
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Tanto la comunidad científica como los organismos internacionales no se cansan de repetirlo: el momento de actuar frente al cambio climático y en pos del desarrollo sostenible es ahora. Y ese es precisamente el objetivo de la nueva conferencia de Estocolmo, un encuentro medioambiental que pretende recordarnos que es nuestra oportunidad -y responsabilidad- transformar el planeta en un lugar sostenible y próspero para todos.

¿Qué voy a leer en este artículo?

 

La Conferencia de Estocolmo de 1972

“El hombre es a la vez obra y artífice del medio que lo rodea”. Con estas palabras comienza la primera de las conclusiones que pueden leerse en la Declaración de Estocolmo sobre el Medio Humano 1972. Un documento que nace de la conferencia de Estocolmo, una de las primeras reuniones internacionales con una enorme transcendencia global que tuvo como eje principal el medio ambiente y la responsabilidad del ser humano sobre este. En aquel encuentro se reconocieron a nivel mundial las interconexiones entre el desarrollo, la pobreza y el medio ambiente.

La Declaración de Estocolmo, que contenía 26 principios, colocó las cuestiones ambientales en el primer plano de las preocupaciones internacionales y marcó el inicio de un diálogo entre los países industrializados y en desarrollo sobre el vínculo entre el crecimiento económico, la contaminación del aire, el agua y los océanos y el bienestar de las personas de todo el mundo.

De hecho, uno de los hitos de este evento fue la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

 

Estocolmo+50: Un planeta saludable para la prosperidad de todos

Cincuenta años después de la primera conferencia de Estocolmo, los desafíos ambientales, económicos y sociales que afectan el desarrollo sostenible y el bienestar de las personas siguen creciendo. Para tratar de solventarlo, la comunidad global se reúne de nuevo en la capital sueca para reflexionar sobre la necesidad urgente de tomar medidas para abordar de forma interconectada todos estos problemas.

La Asamblea General de las Naciones Unidas decidió rendir homenaje a esa conferencia histórica con Estocolmo+50: un planeta saludable para la prosperidad de todos: nuestra responsabilidad, nuestra oportunidad”. El evento, que tendrá lugar a principios de junio, tiene como objetivo sensibilizar sobre la importancia de proteger nuestro planeta e impulsar las acciones necesarias para lograr un desarrollo sostenible.

 

Los asuntos pendientes del desarrollo sostenible

En la nueva conferencia de Estocolmo se abordarán los desafíos que ponen en riesgo la salud y seguridad de las personas y del planeta. Asuntos como la inestabilidad climática, la pérdida de biodiversidad, la contaminación química, los desechos plásticos, la sobrecarga de nitrógeno, la resistencia a los antimicrobianos y la alteración y degradación de los servicios ecosistémicos.

“En la próxima conferencia de Estocolmo se abordarán los desafíos que ponen en riesgo la salud y seguridad de las personas y del planeta”

La desigualdad también será un eje principal del evento. El desequilibrio entre naciones es evidente en el uso de los recursos naturales, donde los beneficios económicos y las cargas ambientales y sociales se distribuyen asimétricamente entre países.

Se trata de buscar soluciones que conecten todos los retos a los que debemos hacer frente. Y es que las consecuencias de la crisis climática nos afectan a todos los niveles provocando inseguridad alimentaria, desplazamientos, desempleo, desigualdades, escasez de recursos, catástrofes derivadas de fenómenos meteorológicos extremos, etc.

Esta percepción se ha agudizado con la experiencia vivida de COVID-19, durante la cual hemos aprendido que un virus -más allá de afectar a la salud- puede detener el progreso económico, impulsar la pobreza y afectar la estabilidad social, entre otros efectos negativos. De hecho, las enfermedades zoonóticas con esta, es decir, las transmitidas por animales a personas, se han multiplicado en los últimos tiempos debido al calentamiento global y sus consecuencias, como el derretimiento del permafrost, la subida de temperaturas o la pérdida de biodiversidad.

 

¿Qué se espera de Estocolmo +50?

El objetivo de la nueva conferencia de Estocolmo es acelerar y reinventar los acuerdos internacionales para lograr cumplir con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y el Marco Global de Biodiversidad. En este sentido, habrá tres temas principales:

  • Subrayar la urgente necesidad de emprender acciones para conseguir un planeta sostenible para todos.
  • Lograr una recuperación sostenible e inclusiva de la crisis económica y sanitaria provocada por la pandemia de la COVID-19.
  • Acelerar la implementación de las medidas medioambientales de la Agenda 2030.

Además, la reunión ofrece la oportunidad de explorar áreas emergentes en apoyo de un planeta saludable. Hablamos, por ejemplo, de la universalización del derecho a un medio ambiente limpio y saludable, de los derechos de la naturaleza o la adopción de un enfoque más amplio de “Una sola salud” para abordar los problemas relacionados con el ecosistema humano-animal.

 

¿Cómo queremos vernos en 50 años?

Hoy, la humanidad tiene una opción: podemos continuar por el camino de los últimos 50 años, caracterizados por un crecimiento desequilibrado, una riqueza desigual y un consumo y una producción insostenibles que dan como resultado un planeta en degradación y una creciente desigualdad, o podemos detenernos colectivamente y avanzar con empatía y solidaridad, anticipación y previsión hacia la acción colectiva para un futuro mejor.

Los expertos que participan en la conferencia de Estocolmo señalan la necesidad urgente de una transformación de los sistemas socioeconómicos en todo el sistema a través de:

  • Políticas que midan los indicadores económicos y sociales teniendo en cuenta el progreso y bienestar y los costes reales de la producción, incluidos los medioambientales.
  • Un consumo sostenible que aborde prácticas de producción circular.
  • El impulso de la educación, igualdad de género y derechos de las mujeres.
  • Renovar la dignidad del trabajo y hacer una reflexión más real sobre las oportunidades y el sentido de igualdad al acceder a ellas.
  • Infraestructura sostenible y resiliente.
  • Generar empleos verdes y decentes.
  • Alinear la inversión de la recuperación de la pandemia con un desarrollo sostenible y equitativo a largo plazo.

Estocolmo+50 nos brinda una oportunidad para una pausa colectiva. Si bien es una conmemoración de la Conferencia de 1972, también es una reflexión sobre la interconexión de la salud del planeta, la equidad y el bienestar colectivo. Es una oportunidad para provocar un cambio colectivo hacia un mundo más sostenible, equitativo y resiliente.

Fuentes: