Regeneración sostenible: la Tierra como paraíso de biodiversidad

Frenar la degradación de los hábitats y regenerar la relación de los seres humanos con la naturaleza son los objetivos del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.
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La biodiversidad es vida. O, para ser más exactos, el gran abanico de formas de vida que alberga el planeta y las conexiones que existen entre ellas. Es el fruto de millones de años de evolución moldeado por procesos naturales y, cada vez más, también por la acción del ser humano. Aunque, lamentablemente, no para bien. La actividad humana es responsable de la pérdida de biodiversidad que está sufriendo nuestro planeta. ¿Somos conscientes de lo que supone para la sostenibilidad de la vida sobre la Tierra?

¿Qué voy a leer en este artículo?

 

El concepto de biodiversidad

2021 nos dejó con una última mala noticia. El biólogo estadounidense Edward O. Wilson fallecía a los 92 años tras una extensa y prolífica carrera dedicada a estudiar el mundo natural e inspirar a otros a cuidarlo como él lo hizo.

Conocido como el nuevo Darwin o el padre de la sociobiología, entre sus más relevantes aportaciones, destaca haber acuñado y popularizado el término biodiversidad y todo el trabajo que llevó a cabo para concienciar a la sociedad de su valor.

¿Qué nos deja como legado? Para empezar, la idea de que la biodiversidad está compuesta por la amplia variedad de plantas, animales y microorganismos existentes, así como de los ecosistemas que albergan múltiples interacciones entre sus miembros. Y que la conexiones entre todos ellos son esenciales para que se mantenga la vida sobre la Tierra.

 

“La biodiversidad está compuesta por la amplia variedad de plantas, animales y microorganismos existentes, así como de los ecosistemas que albergan múltiples interacciones entre sus miembros”

 

Problemas de la pérdida de biodiversidad

Sin embargo, más que proteger la biodiversidad, parece que la humanidad sigue librando una guerra contra la naturaleza. El mundo ya ha perdido el 14% de sus arrecifes de coral -unos 11.700 kilómetros cuadrados- debido al incremento de las temperaturas de la superficie marina y otras actividades humanas como el exceso de pesca y el turismo insostenible en zonas costeras.

Las poblaciones de vida silvestre están disminuyendo gravemente. El número de especies en peligro de extinción no deja de incrementarse y ya hay más de un millón especies amenazadas o en peligro de desaparecer. Y, dado que los organismos vivos interactúan en ecosistemas dinámicos, la desaparición de una especie puede tener un impacto de gran alcance en la cadena alimentaria o en la gravedad de los efectos del cambio climático.

 

“Ya hay más de un millón de especies amenazadas o en peligro de desaparecer”

 

Además, la deforestación, el cambio climático y la transformación de espacios naturales en tierras de cultivo están provocando la desaparición de más de 24 billones de toneladas de suelo fértil cada año.

Pero las consecuencias pueden llegar a ser mucho peores. Nos arriesgamos a perder los servicios básicos que nos brindan unos ecosistemas sanos y sostenibles, como ya vimos en anteriores artículos. Por ejemplo, la tala de árboles de un bosque elimina la sombra, la regulación de la temperatura y la humedad, el hábitat de los animales y alimentos que brinda al ecosistema.

En resumidas cuentas, ¿cuáles son las consecuencias de la pérdida de biodiversidad?

  • Se agravan los efectos del cambio climático
  • Degradación o pérdida de grandes sumideros de carbono, como son los bosques y los océanos.
  • Extinción de especies.
  • Expansión de la deforestación.
  • Se pone en riesgo la disponibilidad de alimentos y agua potable.
  • Problemas relacionados con la seguridad, la salud y la justicia social.
  • Pérdidas económicas.

 

¿Cómo podemos frenar la pérdida de biodiversidad?

Puede que el mundo ya no cuenta con el científico Edward O. Wilson, pero, por suerte, aún nos quedan sus ideas. Para prevenir, detener y revertir la pérdida de la biodiversidad en todo el mundo, las Naciones Unidas han declarado la Década para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030). Diez años en los que se busca frenar la degradación de los hábitats y regenerar la relación de los seres humanos con la naturaleza.

La restauración de ecosistemas puede lograrse de muchas maneras, por ejemplo, mediante la plantación activa o eliminando las presiones para que la naturaleza pueda recuperarse por sí sola.

Los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y la comunidad científica deben trabajar juntos para crear incentivos para conservar los hábitats naturales y proteger a las especies, al tiempo que desincentivan el comportamiento que contribuye a la pérdida y degradación del hábitat. Y, además, el desarrollo sostenible debe ser la hoja de ruta bajo la que se creen nuevas tierras de cultivo y espacios para la vida humana.

La restauración de los ecosistemas es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sobre todo los relativos al cambio climático, erradicación de la pobreza, seguridad alimentaria, agua y conservación de la biodiversidad. También es un pilar para conseguir frenar la desertificación y el cambio climático. Tenemos que cambiar de rumbo y transformar nuestra relación con el mundo natural para no lamentar más pérdida de biodiversidad.

 

 

 

 

 

 

Fuentes: